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miércoles, 9 de marzo de 2011

El extraño incendio de la alcaldía de Iván Moreno





por DIEGO OLIVARES JIMÉNEZ.
En la madrugada del sábado 1 de junio de 2002 las llamas arrasaron en sólo quince minutos el Palacio Municipal de Bucaramanga. El alcalde era Iván Moreno Rojas, quien después de haber sido viceministro de salud en el gobierno de Ernesto Samper, se trasladó a Bucaramanga, ciudad natal de su papá, Samuel Moreno Díaz, y donde su mamá, María Eugenia, había dejado un importante caudal político con las banderas de la Anapo.
El incendio lo ocasionó un corto circuito en el tercer piso. Allí se encontraba más del 80% de la documentación de archivos de los contratos que había firmado Iván Moreno durante los tres años de su gestión. Dos en especial estaban bajo la lupa de la contraloría y el concejo de la ciudad.
La estación principal de Bomberos de Bucaramanga está localizada a menos de cinco calles del Palacio Municipal. La distancia se recorre a pie en cuatro minutos, 494 pasos. En un carro de bomberos habrían tardado segundos en apagar las llamas. Cuentan que los vecinos  que conversaban en el Parque García Rovira, frente de la Alcaldía, llamaron a los bomberos para advertir la emergencia y que les respondían con chistes.
Iván Moreno llegó al otro día después de que las llamas habían arrazado con los archivos.
Según el informe oficial del Cuerpo de Bomberos de Bucaramanga,  la policía alertó sobre el fuego diez minutos después de haberse iniciado. Doce minutos después, a las 12.27 a. m. se hizo presente el primer carro, la Móvil 8 (modelo 85). Una máquina de ataque rápido y con capacidad para expulsar sólo 300 galones por minuto, que resultaba insuficiente para la emergencia. El maquinista debió regresar a la estación a buscar una más potente, la Móvil 12, (modelo 87) con una capacidad para expulsar 1.200 galones por minuto.
Las llamas devoraron la documentación de la Personería de Bucaramanga, en los que se adelantaban mil procesos disciplinarios en contra de empleados públicos; doscientas investigaciones de la Contraloría por responsabilidad fiscal y cincuenta de jurisdicción coactiva; los estudios del Plan de Ordenamiento Terriorial, P.O.T., documentación de las Secretarías de Infraestructura, Obras Públicas, Planeación; cinco mil registros de beneficiados del Sisbén; el Archivo General del Municipio, y toda la documentación del despacho del alcalde Iván Moreno Rojas. Los pliegos de los dos  contratos más importante: el de la malla vial y de los cepos inmovilizadores de vehículos.
Ni los archivos ni los computadores se salvaron del fuego que dejó inservible la estructura del Palacio Municipal.

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