Bogotá seria mejor -sin- Bolardos Canosos

Autor: Luis Eduardo Munevar T
Fecha: 7 de Agosto 2015

El manejo del espacio público en Lima es sorprendente respecto de la ciudad llena de Bolardos que dejó en Bogotá Enrique Peñalosa en su éxtasis de cemento aspirado.

Mientras en lima el ancho de los andenes en promedio es menos de la mitad del ancho de los andenes en Bogotá y la altura del anden no representa ningún impedimento para que los vehículos se suban al anden los autos en Lima no se suben al anden peatonal y no hay bolardos, ¿pero como es posible esto?.

Es un hecho que el auto necesita un espacio para estacionarse y el conductor necesita detenerse para atender sus asuntos, mágicamente Enrique Peñalosa no pensó, o estaba obnubilado con sus compromisos con el cemento -léase compañías del cemento-, e inundó a Bogotá con 17.000 Bolardos inútiles -así lo reconoció el ex-burgomaestro a la Revista Semana- generando un grave problema social para las personas en discapacidad.

¿Cual es la clave del manejo en Lima para que los andenes sean respetados?

Han llegado con -Inteligencia- (de la que Peñalosa no ha mostrado indicios) a una media del respecto de los derechos de los peatones y de los autos.

Si, hay espacio para los dos, no se puede quitar el espacio indispensable del peatón, ni quitar el espacio indispensable del automovilista para estacionarse.

En Bogotá atender un compromiso en auto le puede llevar estacionarse fácilmente a un kilómetro del lugar, o lo que es inaudito de su casa. Con suerte consigue un Parqueadero dejando por minutos su economía familiar allí.

En algunos casos es más la logística que se hace para estacionarse que el tiempo que le lleva atender su asunto.

Las fotos muestran como es el -acuerdo pacífico entre peatones y autos- la simbología es sencilla: "La linea amarilla al costado del anden indica que no se puede estacionar" y la "linea blanca indica que esta permitido".

Además se observa que hay lugar demarcado en el anden para autos y peatones en el anden.

Sin el uso de los nefastos Bolardos que han causado 10 veces más accidentes que con su ausencia.